sábado, 29 de setembro de 2012

Cegueira ideológica

"O relatório de execução orçamental de setembro é devastador para o Governo: apesar de se manter o cenário macroeconómico de uma recessão de 3% para este ano, a equipa-maravilha das Finanças conseguiu falhar na evolução de todos os impostos, com exceção do IRS. (...) Quando a cegueira ideológica se sobrepõe ao bom senso, a realidadeimporta-se de mostrar que é o bom senso que tem razão."
Nicolau Santos, em artigo de opinião no suplemento Economia do jornal Expresso de hoje.

Desmantelar os mecanismos de intervenção do Estado

O artigo de opinião de Nicolau Santos publicado no suplemento Economia do jornal Expresso de hoje começa assim:
"E eis que o Governo mete na ordem do dia o debate sobre a privatização parcial da Caixa Geral de Depósitos. Este é só mais um passo no enfraquecimento e/ou desmantelamento de todos os mecanismos de intervenção do Estado na sociedade e na economia, que este Governo vem prosseguindo com afinco. Mas é o passo mais decisivo. A CGD é um instrumento fundamental para o Estado intervir no mercado financeiro nacional, já que o Banco de Portugal perdeu a capacidade de conduzir a política monetária."

Arte contra a banalidade

Reconstrução do mural de Fernand Léger e Charlotte Perriaud para o Pavilhão de Agricultura da Exposição Internacional de Paris de 1937, intitulado "Felicidade essencial, prazeres novos"

A lo largo de los siglos, el arte ha mantenido una relación muy estrecha con el poder, aunque no haya sido todo lo fluida que este último hubiese deseado. Con la reivindicación moderna de la autonomía artística y la consolidación romántica del artista como alguien que está fuera de la sociedad, el arte no solo parecía apartarse del statu quo, sino que, en buena medida, antagonizaba con él.
Los Gobiernos totalitarios de los años treinta fueron muy conscientes de la importancia de la cultura. Como había teorizado Antonio Gramsci, la hegemonía cultural era un paso necesario para obtener el dominio político. El arte debía mostrar el triunfo de ese poder, inculcar sus valores y, por tanto, ser pedagógico, cuando no directamente propagandístico. Los totalitarismos eran populistas y buscaban la identificación emocional de la masa con el líder, no el cuestionamiento de su autoridad. Ello, sin duda, chocaba con una modernidad fundada en la experimentación y la ruptura, y que se orientaba hacia un público capaz de rebatir las ideas recibidas.
Los autoritarismos fueron esencialmente teatrales. Aunque la construcción de las grandes avenidas para los desfiles oficiales arranca del siglo XIX, los edificios que simbolizaban el patriotismo nacionalista y las coreografías en espacios abiertos se incrementaron en este periodo. El ritual y la ceremonia se apoderaron de los actos públicos, diseñados para una audiencia cautiva. Del mismo modo, las ferias internacionales y universales tuvieron una significación inusitada, eran lugares privilegiados por el poder para medir sus fuerzas en el plano simbólico. La Exposición Internacional de 1937, en París, exteriorizaba los síntomas de una guerra cultural que pronto se iba a convertir en militar. La confrontación explícita entre el pabellón soviético, concebido por Borís Iofán, y el alemán, ideado por Albert Speer, reflejaba la continuidad existente entre arte y guerra.
Uno de los autores que mejor entendió y criticó la dimensión teatral de las dictaduras fue Bertolt Brecht, que aspiraba a desteatralizar la sociedad a través del propio teatro. Cuestionó sus reglas, puso en evidencia la presencia del actor y la trama, interrumpió el relato y urgió al espectador a que lo hiciese suyo porque así lo transformaba. De ahí que Brecht no se dirigiese a la masa, ni a un público que “piensa sin razón”, sino a aquel que se involucra poética y políticamente. La propaganda oficial basaba su estrategia en una estetización de la política, cuya función consistía en ocultar los problemas y contradicciones del sistema, no en revelarlos. El teatro de Brecht, en cambio, es político ya que se halla inmerso en la sociedad y actúa en ella como arte.
Nuestra percepción de los años treinta se ha visto condicionada por los grandes conflictos políticos. Hemos asumido con demasiada facilidad que, en términos estéticos, este momento no representaba un gran avance: la modernidad habría agotado su repertorio tras el flujo prolongado de invenciones de las dos primeras décadas. Por el contrario, para los artistas, no era tan importante la superación de lo anterior, como la creación de espacios de resistencia y la confrontación con un presente que banalizaba la cultura y legitimaba la opresión. Los medios de comunicación y las nuevas tecnologías habían adquirido una importancia desconocida hasta entonces; y la cultura parecía secuestrada por el discurso oficial, que a menudo compaginaba esta tecnología con una sintaxis y un vocabulario modernos, como demuestran los filmes de Leni Riefenstahl. La modernidad se enfrentaba a sus propios fantasmas, en un complejo entramado de utopías y realidades sociales que se había iniciado en la segunda mitad del siglo XIX y que ahora entraba en conflicto. Se hacían necesarias nuevas estrategias artísticas que, por su propia naturaleza, escapaban a los criterios formales. El aparente eclecticismo de la época, que permite a autores como Pablo Picasso, Julio González y otros combinar el realismo con la abstracción o el surrealismo, oculta que sus obras desarrollaron algunos de los aspectos más importantes de la modernidad, como su carácter relacional, su capacidad de interpelación, su anti-idealismo radical o su dimensión lingüística.
(artigo da autoria de Manuel Borja-Villel (Diretor do Museo Reina Sofía), publicado no site do jornal El País)

Colóquio, revista de artes e letras


A Fundação Calouste Gulbenkian disponibiliza aqui os 61 números da revista Colóquio, revista de artes e letras (1959-1970).
A partir de 1970 a Colóquio, revista de artes e letras dá origem a duas revistas: a Colóquio/Letras e a Colóquio/Artes. 


quinta-feira, 27 de setembro de 2012

Ricardo Araújo Pereira

"Os portugueses vivem acima das suas possibilidades. Deviam abandonar a sua zona de conforto e emigrar. Fariam melhor se deixassem de ser piegas. E, além do mais, são preguiçosos, como as cigarras. O povo português é, globalmente, uma cigarra caloteira, lamechas e excedentária. Que o Governo continue interessado em dirigir este lamentável insecto, é quase milagroso."
(Ricardo Araújo Pereira na Visão de hoje)

Para Roma, com Amor

Trailer de "Para Roma, com Amor" de Woody Allen:

Helena Roseta acusa Miguel Relvas

Helena Roseta acusou Miguel Relvas de ter tentado beneficiar empresa de Passos Coelho.
"A actual vereadora da Câmara de Lisboa contou que Relvas - quando era secretário de Estado da Administração Local do Governo de Durão Barroso - a chamou e lhe propôs um acordo entre a Secretaria de Estado e a Ordem dos Arquitectos, com vista à formação de arquitectos das câmaras municipais. A ideia era aproveitar os fundos europeus do Foral (Programa de Formação para as Autarquias Locais) e promover acções específicas viradas para aqueles profissionais. A ex-presidente da Ordem lembra que mostrou o maior interesse, mas diz que, nessa altura, Relvas pôs uma condição: A formação tinha de ser feita pela empresa do dr. Passos Coelho. "Fiquei passada e disse: "Desculpe lá, senhor secretário de Estado, mas nessas condições não há acordo nenhum". E não houve!""
(do site do jornal Público)

Extinção de Fundações

Num momento de rara inspiração, o Governo decidiu não extinguir nem propor a extinção da Fundação Social Democrata da Madeira, talvez porque tal fundação não visa promover essa coisa vã e supérflua que é a Cultura.

sábado, 15 de setembro de 2012

Há alternativa!


"Dir-se-á: não há alternativa. Errado. Há sempre alternativa, mesmo com a arma apontada à cabeça, como comprovam or irlandeses e os gregos, à sua maneira. Mesmo que o caminho fosse o mesmo, a graduação das medidas e a sua aplicação de uma forma mais dilatada no tempo faria toda a diferença. O que não faz sentido é que a troika dê mais tempo ao Governo porque falhou no objetivo do défice - e em vez de utilizar esse mais tempo para suavizar a receita, nomeadamente dando algum oxigénio à economia, o que faz é aumentaros níveis de austeridade bem para lá do que é suportável."
Nicolau Santos no Expresso de hoje